Con un recordado gol de José Luis Sierra de tiro libre, La Roja empató a 1 con los ‘Leones Indomables’ y clasificó a la segunda ronda de la Copa del Mundo.
Aquel 23 de junio, en el Stade de la Beaujoire de Nantes, se jugaba un partido trascendental para la escuadra dirigida por Nelson Acosta. Tras los empates ante Italia y Austria, la Selección seguía en carrera y, dependiendo de lo que ocurriera entre sus rivales anteriores, podría clasificar a la segunda ronda del Mundial de Francia si conseguía al menos un empate ante Camerún. Los africanos acumulaban sólo un punto tras empatar ante los austriacos, y se jugaban su última oportunidad ante Chile.
Para este duelo, el técnico nacional mantuvo la formación y sólo realizó un cambio en la zona de creación, dejando a Fabián Estay –recibió amarilla en el segundo partido– en el banco y dándole ingreso a José Luis Sierra, quien terminaría siendo fundamental. Así, La Roja salió a la cancha con Nelson Tapia en portería; Pedro Reyes, Ronald Fuentes y Javier Margas en la zaga; Moisés Villarroel, Clarence Acuña, Nelson Parraguez, Francisco Rojas y el mencionado Sierra en la mitad de terreno; para finalizar con la ya tradicional dupla de arietes conformada por Iván Zamorano y Marcelo Salas.
El encuentro no fue fácil para los nacionales, quienes sufrieron la pierna fuerte y el juego físico de los rivales. Sin embargo, a los 21’ llegó un momento clave en el encuentro. Rigobert Song, quien ya había sido amonestado a los 8’, y quien terminaría siendo expulsado a los 52’ por un codazo a Salas, le cometió una dura infracción a Zamorano en la entrada del área. Sierra se paró frente a la pelota, y con un preciso zurdazo con efecto, batió al portero Jacques Songo’o y anotó el 1-0. El tanto incluso fue recordado por la FIFA como uno de los 10 goles de tiro libre más destacados de la historia de los Mundiales.
En el segundo lapso, y ya con un jugador menos, los africanos encontraron el empate en una confusa jugada, que terminó con un cabezazo de Patrick Mboma que se coló en el ángulo izquierdo del arco defendido por Tapia.
Con el favorable resultado entre italianos y austriacos, el empate clasificaba a los chilenos, por lo que Camerún siguió intentando y anotó dos goles que luego serían anulados. Presos de la desesperación sufrieron otra expulsión, a los 88’, cuando Laureano Etamé–Mayer le cometió una fuerte entrada a Salas.
Sin más incidencias, La Roja consiguió la clasificación a octavos de final, donde enfrentaría a un conocido rival en dichas instancias: Brasil.
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