La Roja igualó a dos goles con los europeos en su estreno en la Copa del Mundo. Si bien estuvo solo a minutos de alcanzar el triunfo, el nivel mostrado en Bordeaux ilusionó a los fanáticos nacionales.
Luego de 16 años, la Selección Chilena volvía a los mundiales en Francia 1998. El elenco nacional, que era entrenado por Nelson Acosta, había obtenido un cupo en la cita luego de una campaña eliminatoria donde obtuvo el cuarto puesto, logrando el último cupo al vencer a Bolivia en el último encuentro.
Para la Copa Mundial, La Roja quedó en el Grupo B, que también integraban Italia, Austria y Camerún. El estreno fue el 11 de junio de 1998, en Bordeaux, ante los italianos.
En dicho encuentro, Acosta envió a la cancha al siguiente equipo, con un sistema táctico 3-5-2: Nelson Tapia en el arco; Ronald Fuentes, Pedro Reyes y Javier Margas en defensa; Moisés Villarroel, Francisco Rojas, Clarence Acuña, Nelson Parraguez y Fabián Estay en mediocampo; mientras que los delanteros fueron Marcelo Salas e Iván Zamorano.
Los primeros minutos mostraron a un equipo nacional atrevido, hilvanando jugadas en campo rival y asumiendo el protagonismo. No obstante, a los 10 minutos, un largo balonazo le permitió a Christian Vieri tomar ventaja por sobre los zagueros nacional y definió de gran manera batiendo a Nelson Tapia, logrando así la apertura de la cuenta.
Tras ello, La Roja fue en búsqueda del empate, aunque el dispositivo defensivo italiano era difícil de penetrar. Por lo mismo, una jugada de “pelota muerta” terminó siendo la llave para la igualdad: cuando ya se esfumaba el primer lapso, un lanzamiento de esquina de Estay fue cabeceado por Iván Zamorano, Pedro Reyes lo desvío cuando iba camino al arco y Marcelo Salas capturó el rebote o con zurdazo implacable decretó el empate.
Chile, entones, se fue fortalecido al descanso, con un empate a un gol y la sensación de que lograr un triunfo histórico estaba al alcance de la mano.
En el segundo lapso, las cosas no podían caminar mejor. Luego de un preciso centro de Acuña, Salas se elevó y con un magistral cabezazo vulneró la portería de Pagliuca, colocando a Chile 2-1 adelante.
A medida que el encuentro avanzaba La Roja parecía encaminarse a la victoria. El equipo estaba empoderado dentro del campo de juego, y a pesar los cambios Italia parecía no encontrar el camino para igualar las opciones.
No obstante, a solo 7 minutos el final llegó el momento de la polémica: Roberto Baggio inició un ataque por la banda derecha italiana, Ronald Fuentes salió a su encuentro y el ariete italiano soltó un centro que chocó con la mano del defensor nacional. El árbitro Lucien Bochardeaux no dudó y cobró penal, a pesar de los airados reclamos nacionales por una jugada que hasta el día de hoy desata debates sobre si la pena máxima estuvo bien o mal cobrada.
Como sea, Baggio no estaba para hacer justicia pero sí estuvo a punto Nelson Tapia, quien rozó el disparo de la estrella italiana, aunque no impidió que el balón ingresara al pórtico.
El 2 a 2 final dejó una sensación incómoda por cuanto se pudo ganar, pero otro lado el elenco demostró que estaba listo para una larga estadía en Francia 1998.
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