El destacado ariete de La Roja recordó su participación en el Mundial Sub 17, y analizó la histórica campaña de Chile en el país asiático.
Un día como hoy, hace 27 años, La Roja Sub 17 derrotó a Polonia en penales y se quedó con el tercer puesto del Mundial de la categoría, disputado en Japón. Uno de los puntales de dicha campaña, Sebastián Rozental, rememoró dicha conquista y a quienes la hicieron posible.
La antesala
Para el artillero, el éxito de la campaña nacional en Japón no es casualidad, y lleva directa relación con cómo se gestó y desarrolló el grupo dirigido por Leonardo Véliz.
“Fue una preparación muy larga, por lo menos un año y medio antes del Mundial. Se hizo una primera gira a Venezuela, en agosto de 1992 y se jugaron muchos amistosos, muy bien organizados por la dirección técnica nacional: Caupolicán Peña, Arturo Salah, Manuel Pellegrini, Vladimir Bigorra, el mencionado Véliz, Bernardo Bello. Una vez que llegamos al Sudamericano y clasificamos, se planificó mejor aún. Todos los sábados jugábamos en el Estadio Santa Laura, en vivo para Canal 13”, recuerda Rozental, quien también está consciente del entusiasmo que generaba este elenco entre los hinchas nacionales.
“Una de las características de este equipo, que a la gente siempre le gustó, era que daba vuelta los resultados. Podíamos partir perdiendo 2-0, y terminábamos ganando 4-2. En el Mundial pasó con China y en los dos partidos con Polonia. Tenía harto carisma y entrega ese equipo, aparte de jugar muy bien. Era una Selección súper querida”, apuntó.
Una de las aristas importantes para el ex jugador fue el trabajo del cuerpo técnico, partiendo por Véliz. “Era cariñoso, cercano, exigente. Aparte de lo bien que trabajaba futbolísticamente, tenía mucha pedagogía para entender que éramos todos distintos y a cada uno lo trataba según eso”, aseguró. “Él tenía un muy buen complemento con Óscar Solinas, el PF. Era una pareja espectacular. De hecho, gran parte del logro que tuvimos fue gracias a esa dupla. Y también gracias al apoyo de Vladimir Bigorra, con quien fuimos a la gira en Venezuela por ejemplo. Fue muy importante ese trío para acompañarnos y entender que éramos niños jugando al fútbol, y sacar lo mejor de nosotros”, destacó el formado en Universidad Católica.
Pero no sólo se trataba de quienes dirigían, si no de quienes jugaban. “Teníamos un grupo espectacular. Obviamente uno es más cercano a algunos que con otros, pero yo tenía una tremenda relación con varios: Dante Poli es mi mejor amigo de toda la vida; Tapia, Valenzuela, Mancilla. Pablito Herceg con Dante molestaban todo el día a todo el mundo, eran el alma de los chistes los dos”, rememora, agregando que quienes asistieron a la Copa del Mundo no fueron los únicos fundamentales en la campaña.
“Muchos estuvieron en ese proceso. Debieron pasar unos 70 jugadores durante todo ese tiempo, y fueron muy importantes empujando y peleando por entrar en ese grupo. Al final, son sólo 18 los que terminan yendo al Mundial, lamentablemente”, comentó.
Tras conseguir el segundo puesto en el Sudamericano de Colombia, la Selección juvenil se embarcó al país asiático, donde la adaptación no fue tan fácil. “Era súper complicado porque, si bien es cierto que llegamos varias semanas antes de que empezara el torneo, nos costó mucho el cambio de horario. A las 3 de la mañana estábamos despiertos todos los días, encerrados en el hotel. Habían días libres que jugábamos pichangas en el pasillo”, recuerda el goleador.
Pero también quedaron muchos recuerdos gratos de su visita. “La primera vez que nos subimos al tren bala fue espectacular. Imagínate, veníamos de Chile y con suerte andábamos en micro. Éramos unos niños y nos subimos cuando fuimos de Kioto a Tokio”, contó Rozental. “En el tema cultural, el ‘Pollo’ Véliz era muy busquilla y le gustaba llevarnos a museos, y cuando fuimos al de la bomba atómica de Hiroshima fue impactante. Siempre nos trataba de enseñar para que fuéramos no sólo futbolistas”, explicó.
La convicción
Chile se ubicó en el Grupo D, donde enfrentó a Polonia, Túnez y China contra quienes debutaron en un partido que, según cuenta el delantero, vivieron con “mucho nervio e ilusión”. ”No sabíamos con qué encontrarnos al jugar con los chinos, pero al final le agarramos la mano al partido y si duraba 10 minutos más lo terminábamos ganando”, aseguró.
Dicha certeza viene de la mano de una característica que, para el ariete, marcó a esa selección juvenil durante toda la campaña. “La fuerza que tenía el equipo para dar vuelta resultados. Esa unión, y la convicción en el trabajo y la calidad del equipo que teníamos. Podíamos estar perdiendo 2-0, pero sabíamos que se podía dar vuelta. Y así pasó desde el primer campeonato amistoso en Venezuela, hasta el último partido con Polonia, cuando Dante hace la jugada maradoniana y le terminan haciendo el penal”, rememoró el autor de cuatro goles durante el Mundial.
Precisamente en ese partido por el tercer lugar y tras dicha infracción, Rozental vivió uno de los momentos claves de la campaña y se encargó de empatar el encuentro desde los doce pasos. “Nunca había tenido tanto nervio y tanto miedo a la hora de patear un penal. Yo siempre lo hice, desde la primera infantil hasta que me retiré, y dentro de todo creo que pateaba bastante bien”, aseguró.
“Ese día tenía un marcador gigante al frente, con el tiempo en la pantalla. Se jugaban 80 minutos y el reloj marcaba 77’. Yo ya había pateado dos en el Mundial, y uno a Polonia, entonces no sabía a dónde rematar. Incluso, se escucha un grito mío después del penal, de desahogo. Era mucha presión, sabíamos que estaba casi todo un país mirando y era una responsabilidad muy grande para un niño que recién había cumplido 17 años. Por suerte, quedé en el recuerdo positivamente”, manifestó.
Tras el empate 1-1, Chile debió definir el tercer puesto en penales. El portero nacional se lució al evitar dos disparos, y luego Nelson Garrido sentenció el duelo a favor de La Roja. “Me salvó Ariel Salas de tener que volver a patear. Me hubiera gustado, pero el ‘Negrito’ se llevó la gloria y fue espectacular. Los penales fueron súper bien pateados”, recordó, para luego también destacar la labor del arquero chileno.
“Ariel siempre la peleó, y con su constancia y seriedad se ganó un puesto. En el partido con Polonia, que terminamos 3-3, Ariel salvó dos o tres pelotas de gol clarísimas. Si no las tapaba nos quedábamos fuera, y el equipo no habría hecho historia. Fue uno de los jugadores más importantes del Mundial”, apuntó.
La Selección Chilena se impuso por 4-2 en los penales y conquistó un inédito tercer lugar en el Mundial juvenil. “Fue inolvidable, es una de las cosas más lindas que viví en el fútbol. Además, era un grupo de niños tan unido, buena onda, con mucha inocencia e ilusión de lo que podía venir en el futuro. Fue una planificación súper buena, y eso demuestra que cuando las cosas se hacen de manera profesional con gente seria, en Chile te puede ir bien. Afortunadamente, así fue y lo disfrutamos mucho”, sentenció.
Un camino largo
Rozental también dejó algunos consejos para quienes se inician en el fútbol, y en particular para quienes llegan a La Roja. “Que disfruten al máximo de cada minuto, de cada entrenamiento, de cada vez que pisen Pinto Durán y Quilín, porque es algo inigualable”, afirmó. “Que se enfoquen en el fútbol, que escuchen a los entrenadores y traten de constantemente mejorar, porque la carrera es súper difícil y el hecho de llegar a una selección juvenil no significa que serán profesionales. Es un largo camino. Que no se queden con que llegaron y ahí acaba”, analizó.
Luego de destacar en la Sub 17, el ariete representó a Chile en un Sudamericano y Mundial Sub 20, un Preolímpico Sub 23, Eliminatorias y una Copa América con la Adulta, por lo que vestir la camiseta nacional tiene un significado especial para él. “Es el máximo orgullo que uno puede sentir como jugador”, aseguró. “Fue un sueño haber jugado en todas las selecciones posibles que hay en un país, y escuchar el himno en el Estadio Nacional con 70 mil personas es algo muy difícil de expresar en palabras. Hay que estar parado ahí para poder entender qué se siente jugar por la Selección Chilena. Daría la vida por volver a sentir eso”, cerró.
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