El volante conversó con LaRoja.cl sobre su estreno goleador en un amistoso ante Colombia. Además, habló sobre su debut y sus recuerdos vistiendo la camiseta de Chile.
Dejando un registro de 37 presencias y 22 goles, Jorge Aravena fue un nombre estelar durante su estancia en La Roja en la década de los 80. El volante, que debutó en Universidad Católica en 1976, comenzó a escribir su historia junto al seleccionado en 1983, cuando el entrenador Luis Ibarra decidió contar con él para una serie de partidos amistosos de cara a la Copa América de ese año.
“Cuando me nominaron, la alegría que experimenté fue indescriptible. Me tocó debutar nada menos que ante Argentina en Buenos Aires. En lo personal, fue muy importante”, recuerda Aravena, quien sería titular en aquel cotejo. Nombres como Ubaldo Fillol u Óscar Ruggeri lideraban el plantel trasandino dirigido por Carlos Bilardo, que terminó derrotando a los nacionales por la cuenta mínima.
Tras el duelo ante los trasandinos, once días después, Chile viajó a Bogotá para enfrentar a Colombia. El DT Luis Ibarra envió al campo a un once inicial compuesto por Roberto Rojas en el arco; Alejandro Isis, Leonel Herrera, René Valenzuela y Luis Valenzuela en defensa; Juan Soto, Rodolfo Dubó y Jorge Aravena en el medio; en ataque Osvaldo Hurtado, Juan Daniel Rojas y Juan Carlos Letelier.
El cotejo comenzó favorable al local, que se puso 2-0 por delante por cortesía de Alex Valderrama. A los 52 minutos, llegó la reacción de la visita a través de Aravena. “Es una jugada donde hacemos una pared con Rojas. Él amaga y le hacen el penal. Los colombianos reclamaron”, señala el volante, quien recogió el balón para rematar.
“Luis Ibarra me conocía de Naval. Me dirigió dos años. Ahí, yo tenía la responsabilidad de ejecutar penales y tiros libres, entonces cuando dio el equipo titular y la táctica fija, dijo que yo era el encargado. Lo asumí con tranquilidad”, agrega.
“Tomé el balón, decidí a dónde iba y rematé fuerte. El arquero se tiró al otro lado. Fue mi primer gol en la selección y una tremenda alegría”. El tanto fue un envión para La Roja, que 4’ después consiguió el empate 2-2 definitivo en los pies de Hurtado.
Aravena se mantuvo en las convocatorias durante siete años, disputando una Copa América y los procesos eliminatorios para México 1986 e Italia 1990. ”Jugar para la Selección Chilena fue lo máximo. Cuando niño, uno veía a los jugadores y deseaba estar ahí. Afortunadamente, se dio la posibilidad y me fue bien”, señala el volante, que además, agrega como uno de sus momentos más inolvidables, el “Gol Imposible”, que le convirtió a Uruguay en Santiago en 1985.
“Siempre tuve buenos compañeros en La Roja. Sin ellos, yo no hubiera podido anotar”, afirma Aravena, quien se despidió de la Selección Chilena en 1990 en el empate sin goles frente a Brasil con un promedio de anotación de 0,59% (22 goles en 37 partidos). Actualmente, es el octavo goleador histórico de La Roja y el segundo volante con más conversiones.
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