La Selección enfrentó a la escuadra subcampeona de dicho certamen en el segundo partido de la fase de grupos, y cayó 4-1. El descuento fue obra de Gustavo Moscoso.
No sería un partido fácil para Chile aquella mañana en el Estadio Municipal El Molinón, de Gijón. Tras la caída en el debut ante Austria por la cuenta mínima, la escuadra de Luis Santibáñez estaba obligada a rescatar puntos en el segundo partido si quería seguir compitiendo en el Mundial de España 1982, pero al frente estaba Alemania Federal, que también se encontraba en una frágil situación. Los alemanes venían de ser campeones en la Eurocopa de 1980, y tras su prematura eliminación de la Copa del Mundo de 1978, querían revancha. Además, en su estreno cayeron ante Argelia por lo que, si no querían repetir lo de hace 4 años, necesitaban derrotar a los nacionales.
Al tanto de dichas intenciones, el técnico nacional disputó de un jugador más en la zaga chilena, dándole ingreso a Mario Soto para acompañar a los centrales, y dejando a sólo 3 hombres en el mediocampo. De esta manera, Chile salió a jugar aquella ‘final’ con Mario Osbén en el arco; Lizardo Garrido, Eduardo Valenzuela, Elías Figueroa, el mencionado Soto y Vladimir Bigorra en la defensa; Eduardo Bonvallet, Rodolfo Dubó y Miguel Ángel Gamboa en la mitad de cancha; para dejar en ofensiva a Patricio Yáñez y Gustavo Moscoso.
En teoría, el plan de los nacionales era esperar a Alemania en cancha propia, y apostar por el contragolpe y la velocidad de sus punteros, pero lamentablemente no pudieron mantener dicha estrategia. Un sorpresivo disparo de Karl-Heinz Rummenigge incomodó a Osbén, quien no logró evitar el 1-0 a los 9’, y modificó el desarrollo del encuentro. Aún así, Chile se instaló de buena manera en el campo y logró controlar los embates germanos durante el primer lapso.
Ya en el segundo lapso, La Roja no logró sostener las diferencias que marcaban los potentes rivales, y recibió 2 tantos más del histórico ariete alemán, a los 57’ de cabeza y con un remate ajustado 10 minutos después. El gol de Uwe Reinders, con otro tiro esquinado a los 82’, terminó por sentenciar el encuentro a favor de los germanos, que eventualmente serían subcampeones de dicha Copa del Mundo. A los 90’, Moscoso realizó una gran maniobra individual en el área contrario y marcó con un tiro bajo el único descuento de los chilenos.
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