Un amistoso de 1979 ante Ecuador, fue el escenario idoneo para el estreno de 3 jugadores que venían a potenciar a La Roja con su juventud.
En 1979, con la llegada de Luis Santibáñez a la dirección técnica, La Roja se preparaba para vivir un recambio importante de nombres. Y el partido amistoso en Santiago frente a Ecuador, parecía el momento más adecuado para comenzar a darle estos nuevos aires al plantel.
Un joven delantero de sólo 18 años, proveniente de San Luis de Quillota y de la segunda división, fue la primera sorpresa. Su nombre: Patricio Yáñez. Otro joven atacante de 20 años, Juan Carlos Letelier, también acusó recibo de la convocatoria. Por otro lado, Eduardo Bonvallet, volante que con 24 años ya era un nombre consolidado en el medio local, recibió su primera oportunidad en el combinado adulto.
El Estadio Nacional albergó el cotejo frente a los ecuatorianos, que tuvo a Letelier y Bonvallet desde la partida, disputando los 90 minutos. Mientras tanto, Yáñez hizo ingreso en la segunda fracción en reemplazo de Jorge Neumann. El compromiso finalizó con un empate 0-0, cortesía del portero visitante, que se erigió como figura.
A la semana siguiente, se jugó el partido de vuelta en Guayaquil, donde La Roja cayó por 2-1. Esta vez con Yáñez, Letelier y Bonvallet desde el primer minuto. La igualdad y posterior derrota, no opacaron las presentaciones de Chile, que exhibió una oncena joven y proyectable hacia el futuro.
Tras esto, el atacante quillotano y el mediocampista fueron piezas estables para Santibáñez. Ambos participaron del subcampeonato de la Copa América de 1979 y de las Eliminatorias para España 1982. Conseguida la clasificación, Letelier regresó a las convocatorias para finalmente integrar la nómina que viajó al país ibérico, junto a Yáñez y Bonvallet.
Con el tiempo, Yáñez se mantuvo en la selección hasta 1994, dejando un registro de 43 encuentros y 5 goles. Por su parte, Letelier se hizo presente en 57 duelos anotando 18 tantos. Cerrando el trío, Bonvallet completó 24 partidos.
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